Nico Jarry está loco. ¿Cómo es posible que haya privilegiado ir a la Laver Cup e ir a aprender de Kevin Anderson, John Isner y los mejores del mundo -además de varios billetes verdes- en vez de jugar Chengdu? ¿Cómo es posible que pierda con Nikoloz Basilashvili, un georgiano que ha ganado dos ATP 500 y ya es 23 del mundo? ¿Qué estará pensando por perder con Benoit Paire, un jugador “malo” que es 61 del mundo?
Nico Jarry está loco porque pierde con integrantes del Top 100. Y no se le perdona ninguna derrota. Está tan loco que hasta algunos piden siquiatra para él. Cómo será que el hincha entendido del tenis dice que tocó techo, que ya no puede seguir con Martin Rodríguez, que no tiene un patrón de juego.
Nico Jarry está desquiciado porque no lee los comentarios que recibe en las redes sociales. Quizás debería fallar menos, sacar mejor y acortar los puntos, evitar los Tie Breaks. De seguro él no lo sabe.
Nicolás Jarry está tan demente que le gana al segundo mejor jugador de arcilla en el Mundo en esa superficie y hoy le da vuelta un partido a un campeón de Grand Slam, salvando dos Match Points y quebrando cuando su rival servía para el partido.
Quizás, le falta ganar 25 torneos en su primer año ATP para que la gente no pida por un siquiatra, o ser como Federer, que ganó todo. Pero espera, ¿el suizo también perdía partidos cuando empezó su carrera? Seguro que fue donde un especialista.
Algunos valoramos mucho que haya puesto a nuestro tenis en el sitial que por años mantuvo el Chino, Fernando y Nico Massú. Otros no le perdonan perder. Todos están a tiempo de subirse al carro de la victoria y de la demencia del Nico.
No sería descabellado que pierda ante Seppi o Edmund en octavos. Por las dudas, ya sabemos que será internado para tratar sus facultades mentales.
A algún desprevenido, le aclaro que hay mucha ironía en este artículo.
nofueancha 